Tijuana

Alrededor de 300 jornaleros a las afueras del Home Depot, muchos explotados y engañados

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“Nadie tiene asegurado su trabajo, no sabemos con quién nos topamos cada vez que somos contratados, pero la misma necesidad te hace confiar y eso es un riesgo que se toma todos los días”

Tijuana, B.C.-En los últimos meses el número de jornaleros han aumentado debido a que cada vez son más los deportados.

Suman alrededor de 300 jornaleros  a las afueras del Home Depot, todos ellos en espera de ser contratados, de los cuales muchos son explotados y mal pagados.

“Nadie tiene asegurado su trabajo, no sabemos con quién nos topamos cada vez que somos contratados, pero la misma necesidad te hace confiar y eso es un riesgo que se toma todos los días, expreso Víctor Hugo Vejar quien tiene dos años de deportado y ya ha sido víctima de personas explotadoras.

Reconocen que la tienen difícil y la manera de sobrevivencia para llevarse el pan de cada día es competir entre ellos, porque no para todos hay trabajo, “por semana podemos ganar unos 500 o hasta  2000 pesos si bien nos va, pero en ocasiones han habido semanas que no tenemos ni que comer y acudimos a los albergues” expreso Víctor.

Y es que al competir entre ellos, malbaratan su oficio y la única manera que tienen de conseguir algún trabajo es arrebatándose al cliente, ofreciendo su servicio a un costo muy bajo, mismos que les servirán para comer algunos días, mientras vuelven a ser contratados.

No todos cuentan con un techo, en el caso de Juan Pérez, quien acaba de llegar hace unas semanas a esta frontera al ser deportado, su día comienza debajo de un puente y al despertarse, camina algunas cuadras para reunirse con los cientos de jornaleros y competir entre ellos para obtener un poco de dinero.

“Los albergues están a veces llenos y retirados por esta zona, por lo mismo es más fácil quedarme debajo de un puente que ir y venir, sin papeles en ningún lado me dan trabajo, así que tengo que buscar la forma para sobrevivir y una de ella es malbaratando mi oficio y competir entre todos ellos”.

Admitieron que mientras continúen llegando más deportados, menos serán las posibilidades de ser contratados y cobrar lo justo, lo único que les queda es competir entre ellos, arriesgarse y ponerse en las manos de Dios.

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