Tijuana, Baja California.- El pasado lunes 7 de abril, la familia de Emilin Kamila recibió una llamada de la Secundaria Técnica No. 30, ubicada en Villa del Álamo, en la que se les informó escuetamente que la menor había sufrido un accidente. Sin más detalles, la llamada fue finalizada. Al intentar obtener más información, la madre de Emilin se comunicó nuevamente con la escuela, donde la directora únicamente le pidió presentarse en el plantel, sin ofrecer mayores explicaciones.

Mónica Araceli, abuela de Emilin, relató que posteriormente se les informó que, durante el receso, varios compañeros comenzaron a darle “codazos” hasta que la menor cayó al suelo y se golpeó fuertemente la cabeza. Estando inconsciente, continuó recibiendo agresiones en forma de “balonazos”.

Tras recobrar momentáneamente la conciencia, Emilin fue llevada al baño, donde una amiga notó su mal estado de salud. Fue trasladada a la dirección, desde donde se solicitó la presencia de paramédicos de la Cruz Roja, ya que la secundaria no cuenta con seguro escolar. A su llegada, los familiares encontraron a Emilin acostada en el piso, acompañada por un maestro.

La familia decidió trasladarla en un vehículo particular a un hospital privado, donde no pudo ser atendida debido a los altos costos y a que el seguro médico, contratado por la directora minutos después del accidente, no los cubría. Ante esta situación, los padres contrataron una ambulancia para llevarla a la clínica 1 del IMSS, donde inicialmente les informaron que lo sucedido se trataba de ataques de pánico, y no convulsiones, como se había sospechado.

Actualmente, Emilin se encuentra intubada, con diagnóstico de ingreso a Terapia Intensiva, luego de sufrir un paro cardiaco del cual fue reanimada por personal médico. Mónica Araceli también mencionó que los médicos sospechan que Emilin podría haber sufrido un derrame cerebral; sin embargo, hasta el momento no ha sido posible realizarle todos los estudios necesarios, debido al estado crítico en el que se encuentra y a que no puede ser movilizada.

La escuela no cuenta con cámaras de vigilancia en el área donde ocurrieron los hechos. Por ello, la familia de Emilin —quien cursa 1°A, turno vespertino— solicita el apoyo de estudiantes, padres y testigos que puedan aportar información sobre lo sucedido esa tarde. Los únicos datos disponibles hasta ahora provienen de los breves momentos en que la menor estuvo consciente y pudo hablar con sus padres.

La familia exige justicia y el esclarecimiento de los hechos, ya que, hasta el momento, en la escuela nadie ha dado una versión clara. Aseguran que ningún docente supervisaba a los alumnos en ese momento y consideran que las horas transcurridas entre el incidente y la atención médica fueron determinantes para el grave deterioro en la salud de Emilin.