Tijuana

Enfermos mentales, abandonados por el gobierno y dejados a la buena de Dios

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En una de las Zonas más céntricas de Tijuana, exactamente enfrente del Estadio Caliente en el bulevar de Las Américas.

Por donde diariamente transitan miles de personas en su mayoría clase media alta, a unos cuantos metros de Plaza Galerías.

Y del pudiente fraccionamiento de Puerta de Hierro y a unas cuadras de la estancia municipal de infractores, mejor conocida como delegación de la 20.

En una banca de la parada de taxi afuera de un negocio de colchones desde hace poco más de una semana  se ha convertido en el hogar de una indigente afectada de sus facultades mentales.

Esto pareciera no importarle al gobernador Francisco Vega de la Madrid y mucho menos al presidente municipal Jorge Aztiazaáan, ya que no es el único caso en Tijuana.

Y es que en Tijuana no existe un lugar en donde se pueda atender a este tipo de enfermos mentales ya que gobierno del estado privatizó el Hospital Mental para beneficio del propio gobierno.

El ayuntamiento de Tijuana por lo tanto presume de una famosa Red de centros de rehabilitación en donde a decir verdad solo salen beneficiados los directores y propietarios de dichos centros.

Asociaciones Civiles que  solo buscan bajar recurso para su beneficio personal no para asistir ni a enfermos mentales y mucho menos ancianos, adictos, enfermos de sida.

Es la triste realidad de Tijuana donde el ayuntamiento gasta millones de pesos en semáforos pero no existe un lugar para atender a los más vulnerables.

En Tijuana la sociedad es capaz de reunir alimentos para alimentar a extranjeros que piden asilo político a Estados Unidos pero no son capaces de detener su vehículo y dejar una botella de agua a un indigente.

En Tijuana, Melba Adriana Olvera, titular de la CEDH BC es incapaz de  hacer algo por los vulnerables, en lo que va de cargo solo ha resuelto 6 recomendaciones lo cual deja en claro que no ésta por su capacidad más bien porqué la pusieron.

En Tijuana a nadie le interesa brindar atención a los enfermos mentales, adictos o enfermos de sida, es verdaderamente triste mirar a una persona a plena luz del día y a las orillas de una de las Zonas más exclusivas.

Mirar a una persona muriendo poco a poco mientras el Gobernador y el Presidente Municipal despilfarran el recurso destinados para su atención.

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