Opinión
Altoparlante: Deshonestidad cobarde
Deshonestidad cobarde
Un ofrecimiento forzado de disculpas por parte del alcalde de Mazatlán, Fernando Pucheta Sánchez, y además deshonestas.
Lea usted parte de lo que fue su discurso de “disculpa”, el miércoles pasado: “Si alguien se ha sentido ofendido con la actitud del alcalde o de alguno de los funcionarios públicos que participan en esta administración, pido (sic) una disculpa pública, pero se ha sido responsable y abierto con cada uno de ustedes”.
O lo que es lo mismo, malamente hay quienes se sienten ofendidos, porque según Pucheta nadie del gobierno los ha agredido.
Por si quedaba alguna duda, el alcalde tuvo ese mismo día varias entrevistas, en las que si bien reiteró su ofrecimiento de disculpas volvió a señalar que él y su gobierno siempre han sido respetuosos de los periodistas y de la libertad de expresión.
Según él se disculpa sin necesidad, porque no ningún motivo hay para hacerlo.
Y entonces, todas las denuncias periodísticas previas fueron puras mentiras, de acuerdo con lo dicho por el presidente municipal de Mazatlán, que una y otra vez ha acusado que algunos le pegan porque les pagan, y solamente por eso.
Pero, lástima Margarito, ahí está la denuncia pública hecha por el noticiario radiofónico Reacción Informativa: la empresa le pidió no criticar a Fernando Pucheta; si incumplía esta instrucción, su programa sería suspendido.
Esto mismo nos han dicho otros compañeros periodistas de Mazatlán, que refieren amenazas por parte del ayuntamiento a las empresas para las que ellos trabajan, de cancelarles los convenios de publicidad si publican o transmiten noticias que molesten al intolerante que gobierna el municipio.
Éste dice que algunos le pegan porque otros les pagan, pero resulta que la verdad es completamente al revés: Fernando Pucheta paga, con dinero del pueblo, para que no le peguen.
Y, bueno, déjeme decirles que la de este jueves fue por lo menos la quinta disculpa que el edil porteño ofrece a periodistas y medios de comunicación.
Una revisión con google nos informa que lo hizo antes, a principios de julio, luego el 28 de agosto, y otras dos veces en el pasado mes de septiembre, los días 14 y el 29.
No se sorprenda el lector si le digo que todas las veces fue la misma historia: disculparse, pero con el argumento de que nunca ha hecho nada malo, que ha tratado siempre archirecontrabien a la gente de la prensa, con la que se la pasa divis divis.
Claro que en esta última ocasión hay una diferencia importante, que es la participación de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, con el propio presidente José Carlos Álvarez Ortega en el evento.
Lo que no fue impedimento para que el desvergonzado presidente municipal mazatleco se disculpara de manera deshonesta, sin aceptar la razón de los señalamientos que se le hacen.
Fernando Pucheta agrede, insulta, ofende y reprime la libertad de expresión, pero a pesar de las muchas evidencias insiste en alegar inocencia.
A su intolerancia y su terca negación de realidades evidentes, hay que agregar la deshonestidad de ofrecer disculpas que asegura no tienen razón de hacer porque siempre se ha portado bien, y sumar la cobardía de, en medio de la tempestad, gastar más dinero del pueblo para pagarles para que sus porras y sus porros agredan y descalifiquen a quienes lo criticamos.
Por otra parte, hay que reconocerle en justicia al Congreso del Estado su posicionamiento firme en contra de las agresiones cometidas por el alcalde Fernando Pucheta y algunos de sus colaboradores, y por la contundente defensa de la libertad de expresión como un derecho fundamental no sólo para los periodistas sino para toda la sociedad en general.
Un punto de acuerdo que presentó la diputada Angélica Díaz de Cuén a nombre del Partido Sinaloense, y avalada de manera unánime por el resto de los legisladores presentes en la sesión del martes pasado.
Posicionamiento político, sí, que fue clave en los sucesos posteriores.
Una batalla ganada por la razón, en esta interminable guerra contra los intolerantes y represores.