Opinión
Altoparlante Una raya más
Una raya más
El video se hizo viral en las redes sociales, mostrando a un grupo de miembros de la Marina Armada de México violentando los derechos de un grupo de ciudadanos, incluyendo mujeres y niños.
Uno marino golpea dura y repetidamente a una de las personas postradas en el piso.
El informe oficial señala que los pretendidos guardianes del orden público acudieron al lugar ante una denuncia sobre personas armadas, y que al llegar fueron recibidos a balazos; saldo de cuatro presuntos delincuentes muertos y dos detenidos.
Escuché en un noticiero de radio que encontraron discrepancias sobre los horarios de la denuncia telefónica, el arribo de los marinos al escenario de los hechos y el enfrentamiento.
Discrepancias que en la lógica más elemental significan que la Marina rindió un informe con datos falsos, con la duda natural de hasta dónde llegan las mentiras.
Lo que está más claro que el agua, una vez más, son los excesos en el uso de la fuerza pública.
La tan cantada presunción de inocencia como obligación a respetar por parte de las autoridades quedó pisoteada y hecha pedazos.
Lo mismo, con el supuesto de las intensivas capacitaciones teóricas y técnicas que nos dicen reciben todos los miembros de las fuerzas armadas con el propósito, dizque muy firme, del pleno respeto a los derechos humanos y las garantías constitucionales.
Ha quedado demostrado una vez más, sin margen de error, que a los marinos las leyes y nuestros derechos les importan un soberano cacahuate.
¿Y qué dicen los mandos de la Marina y las autoridades locales sobre estos abusos de poder?
Nada; como si no hubieran existido, y como si nada los conociera.
Su desprecio por la ley es aberrante y ofensivo.
Y aléguenle al ampáyer, que se convierte en el dueño de la cancha, y que la pinta o despinta cada vez que se le pega la gana.
Maquillaje a granel, usado a diario.
Alegarán que exagero; que unas garnatadas no son para tanto escándalo.
Desaguan feamente fuera del orificio, porque lo que este video nos prueba es solamente uno de los muchos abusos cometidos por nuestras fuerzas armadas, con la impunidad como constante.
Tenemos un gobierno criminal y cínico.
La presunción de su inocencia me termina valiendo un carajo, por puro sentido común y por elemental responsabilidad ciudadana.
Aseguran que ya falta poco, y ante este tipo de infamias tan repetidas esperemos que tengan razón.
QUE SIGUEN COLEANDO
El martes pasado en Mazatlán el precandidato Ricardo Anaya, y ayer en Culiacán el ciudadano José Antonio Meade; que van en el caballo ganador, y que sucederán al irritante presidente.
Dos actos con emotividad y muchas ganas, y así obliga entre quienes pelean por el segundo lugar.
Que nadie piense que ya están muertos, porque apenas son las parrandas de las precampañas.
Ta güeno, pues.
EL CÁRTEL DE LA LLAVE
El martes por la tarde comenzó a correr el rumor de que un poderoso empresario sinaloense que normalmente juega con el PRI y con el PAN, se reunió conA ndrés Manuel López Obrador.
Cuestionado al respecto, Jesús Estrada Ferreiro afirmó que estuvo muy cerca del peje, y que en lo que a su conocimiento toca esa reunión no se dio.
Ayer, en su casa de La Primavera, Enrique Coppel Luken fue anfitrión de una comida en la que estuvo el precandidato priísta José Antonio Meade.
Es el mismo empresario que no hace mucho sacó de sus oficinas en la Fundación Colosio tricolor a quien hoy es dirigente estatal del PRI, Carlos Gandarilla, con la orden de recogiera en el aeropuerto y le chofereara a Rafael Moreno Valle, entonces gobernador de Puebla y aspirante a la candidatura presidencial blanquiazul.