Opinión
PAN Y CIRCO… ¿O TELEVISIÓN?
Es evidente que en estos tiempos donde la tecnología se encuentra tan al alcance de nuestras manos, influya en nuestra vida a tal grado de convertirse en un medio de control de la misma, sin que siquiera nos demos cuenta que a través de diversos mecanismos, se maneje con ella, desde nuestras metas personales, hasta los movimientos políticos de un país.
Un ejemplo claro de esto, es el impacto que tiene en la sociedad mexicana el uso de las Telecomunicaciones, pues indiscutiblemente es la principal forma de control que tienen los políticos y los grandes empresarios del país, para maquinar con el pueblo según sus intereses.
Cito como primer ejemplo, las famosas telenovelas; ¿Qué habitante mexicano no ha visto una telenovela en su vida? Es el principal entretenimiento que tenemos, y no solo por la facilidad con la que podemos acceder a ella, sino porque hasta “cariño” y “sabor” les encontramos. En ellas nos topamos con una sociedad machista, donde el hombre es quien mantiene la casa en lo económico y el papel de la mujer es el de la esposa sumisa y abnegada madre; por lo que es lógico que las amas de casa encuentren refugio en dichas novelas donde se les reafirman que su forma de organización social es la correcta y que deben agradecer el status social que tienen como esposas. Pero también para las solteras hay esperanza; las tramas poco lógicas crean la ilusión de que, con un poquito de suerte, ellas también como “María” van a encontrar un hombre que las saque de pobres y las haga felices. Encuentran en la televisión, un sistema de identificación que las mantiene ligadas a ellas y trasmiten ese sentimiento a sus hijas e hijos, ¡y hasta a los maridos! manteniendo ese sentimiento de pertenencia con ellos; admiran a sus protagonistas y se aseguran de ser lo más parecidos a ellos.
Asimismo, quiero hacer mención especial a los cortes comerciales que se trasmiten entre programa y programa, pues son un reflejo de los estereotipos discriminantes que abundan en nuestra sociedad. Ejemplo: todos los productos de aseo del hogar, artículos electrodomésticos y juguetes, son dirigidos al sexo femenino, arraigando con ello el papel que deben tomar como amas de casa
Actualmente, los niños pasan 500 horas más frente a un televisor que en la escuela. Pero este tiempo no es lo que debe preocuparnos, sino lo que ven en el mismo; las caricaturas infantiles de hoy en día están llenas de violencia y atrocidades no aptas para menores de edad; en los videojuegos de moda gana más puntaje aquel que haya asesinado a más personas; ¿Cómo sorprendernos si estos pequeños en unos años se convierten en delincuentes? Si lo que ven día con día, con tanta naturalidad, es violencia en su máximo esplendor. Es deprimente el hecho de que un niño sepa decir quiénes son los personajes de alguna telenovela o caricatura de moda, a que te diga los nombres de algún personaje de la historia de México.
No conformes con esto, también somos presas de los famosos “Reality shows”. No nos basta el mundo tan dramático y violento en que vivimos, queremos inventarnos uno nuevo, uno “real”. No importa cuál sea el fin del programa: bailar, cantar, estar encerrado y vigilado en una casa, bajar de peso, etc. Mientras estamos embelesados con ellos, otros viven nuestra “vida real”.
Ahora, pasamos al tema del periodismo en noticieros televisivos, donde lejos de ejercerse con profesionalismo, se ha convertido en marioneta de líderes empresariales. Somos informados únicamente de lo que ellos deseen, juegan con las noticias y la transforman según intereses de altos mandos.
Tienen tanta influencia en nosotros, que hasta llegamos a tomar como propia la opinión que los periodistas emiten de los hechos que están transmitiendo. Tomamos su verdad, como la realidad de los acontecimientos, nos llevan de la mano a uno de los polos en los que se debaten cada noticia. Es muy común escuchar comentarios como: – Oye, ¿y será verdad? – ¡Claro, pues si hasta salió en las noticias!
Estos tres puntos, nos envuelven en un círculo vicioso: un sistema que las empresas de la telecomunicación crearon y fueron perfeccionando poco a poco, cuidando cada detalle hasta consolidarlo así: primero que nada, educar a la sociedad para que sea feliz viendo telenovelas y reality shows, que se sientan identificados con ellas, que así como en los programas alguien va a llegar a cambiarles la vida, no importa que sean pobres mientras sean honrados.
Luego, informas sobre lo mal que está nuestra sociedad, los guías sobre la opinión que deben tener ante los hechos violentos, acontecimientos políticos, problemas de salud, económicos, de género, de discriminación, sobre los delitos de que son víctimas los mexicanos día con día, y todos aquellos males que adolecen nuestro país. Entonces, les pintas al mejor postor para que llegue a hacer esos cambios que harán que todo sea como en una telenovela, por que no importa que tan mal esté nuestro contexto, la vida tiene esperanzas siempre que haya pan y circo… o televisión.