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Cómo la modernización del arsenal nuclear que impulsa Donald Trump choca con su estrategia hacia Corea del Norte

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Como presidente de Estados Unidos, Donald Trump nunca ha sido demasiado recatado para hablar de sus armas nucleares.

Un mes antes de asumir, siendo ya presidente electo, Trump anunció que EE.UU. debía “fortalecer y expandir en gran medida su capacidad nuclear”, lo que auguró un cambio de política respecto a las últimas décadas.

En enero de este año alardeó que su botón nuclear “es mucho más grande y más poderoso” que el del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.

Y un mes después, su gobierno divulgó una nueva política nuclear para actualizar el poderío de EE.UU. y buscar nuevos tipos de armas atómicas, a un costo de miles de millones de dólares.

Trump “está emprendiendo probablemente la modernización más significativa del arsenal nuclear estadounidense en los últimos 20 años”, le dice a BBC Mundo Gordon Adams, profesor emérito de la American University y experto en política de defensa.

La cuestión es que esto revive el temor a que se dispare una carrera armamentista entre EE.UU. y Rusia.

Y, según expertos como Adams, las acciones de Trump contradicen “absolutamente” sus exigencias a Corea del Norte e Irán para que renuncien a sus propios programas nucleares.

Sin embargo, Corea del Norte ha amenazado con cancelar el diálogo con Trump si EE.UU. pretende que abandone por sí sola sus armas nucleares.

Y aquí entra en juego la estrategia de Trump.

La Revisión de la Postura Nuclear (NPR, por sus siglas en inglés) presentada en febrero muestra que las armas nucleares han vuelto a ser clave en la política de defensa de Washington.

El documento ratifica la renovación de la triada nuclear estadounidense: submarinos de misiles balísticos, misiles intercontinentales y bombarderos.

Si bien hay programas que comenzaron bajo el gobierno de Barack Obama, ante la perspectiva de que muchos de esos elementos cumplan su vida útil en los próximos años, el expresidente prometía reducir el peso relativo de las armas nucleares en la seguridad de EE.UU.

Y este compromiso ha sido revertido por el gobierno de Trump.

Sin apuntar a un aumento en el número total de armas disponibles, la nueva estrategia Washington abre la puerta a novedades importantes en su arsenal nuclear.

Por ejemplo, prevé incorporar armas nucleares de “bajo rendimiento”, de impacto más limitado que una bomba atómica convencional, para disuadir el uso de artefactos similares por parte de Rusia.

La construcción de este tipo de armas fue aprobada días atrás por un subcomité del Congreso, pero los críticos temen que podría incrementar el riesgo de una guerra nuclear, al mostrarse como una opción menos devastadora.

Y muchos creen que Trump está llevando a EE.UU. a una competición peligrosa con Rusia, tras la reducción de las armas nucleares desplegadas por ambos países con el fin de la Guerra Fría.

“Lo que ves ahora es la plantación de las semillas de una nueva carrera armamentista nuclear”, dice Scott Sagan, profesor de ciencia política en la Universidad de Stanford y experto en armas nucleares y seguridad internacional.

“Y lo que es alarmante es que los estadounidenses y los rusos no están participando en negociaciones preliminares para tratar de evitar esa carrera armamentista”, agrega Sagan en diálogo con BBC Mundo.  (BBCMundo)

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