Espectáculos
Del Toro, Iñárritu y Cuarón: Así empezaron
Estos máximos orgullos mexicanos triunfan en el cine internacional
Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón son los talentos más grandes que México ha exportado en los últimos 20 años, los más grandes orgullos nacionales de esta era. El primero se especializa en cine de género, el segundo en dramas y el tercero en todo lo que implique desafíos técnicos y narrativos.
En Estados Unidos los conocen como los “Three Amigos” y Hollywood siempre está a la expectativa de todo proyecto en el que cada uno esté involucrado.
El éxito de los tres parece salido de un relato de fantasía, pero si observas con detenimiento qué sucedió con ellos te percatarás de que son personas que simplemente se plantearon metas claras, se adentraron de lleno a sus pasiones y, a base de talento y esfuerzo, lograron hacerse de un nombre y destacar en la competida industria fílmica internacional.
Guillermo del Toro
El tapatío estuvo fascinado desde niño con la imaginería fantástica, el horror y la cultura geek, gusto que se exacerbó al mezclarse con la educación católica de su hogar.
Todavía no tenía los 10 años cumplidos cuando ya hacía cortos caseros con la cámara súper 8 de su padre. Siguió persiguiendo sus inquietudes artísticas hasta colocarse en el Centro de Investigación y Estudios Cinematográficos de Guadalajara.
La primera oportunidad real de Del Toro vino con La hora marcada, serie de antología transmitida por Televisa que en episodios de media hora presentaba historias de horror (una suerte de Cuentos de la cripta nacional; el tipo de show que jamás veríamos en la televisión abierta mexicana actual).
Después de dirigir algunos episodios de La hora marcada, “El Gordo” enfocó esfuerzos en levantar su ópera prima, Cronos (o La invención de Cronos), película de horror de culto estrenada en 1993 que arrasó en la edición XXXV del Premio Ariel y que colocó a Del Toro en el mapa internacional de género.
La hazaña le significó ingresar a las filas del cine de horror estadounidense, pues Mimic (1997), su segundo largometraje, fue producción 100% hecha en Hollywood.
Alejandro González Iñárritu
“El Negro” estudió comunicación en la Universidad Iberoamericana y en 1984 comenzó a trabajar en la estación de radio WFM, en donde su conocimiento musical lo llevó por (casi) todos los cargos imaginables hasta que en 1987 se convirtió en el director.
No satisfecho con ser uno de los principales difusores de rock en México, Iñárritu fundó una productora, Z Films, con la idea de dar rienda suelta a sus inquietudes cinematográficas.
En los 90 trabajó en el área publicitaria de Televisa, en donde sus anuncios prácticamente se convirtieron en la identidad de la oferta más juvenil de la empresa, como Canal 5.
A mediados de esa misma década conoció al guionista Guillermo Arriaga, con quien forjó una relación profesional que en 2000 resultó en la primera colaboración formal entre ambos y el debut de Iñárritu como director de cine: Amores perros, cinta que compitió por el Oscar a Mejor película extranjera en los Premios de la Academia.
Con su segundo largometraje, 21 gramos, “El Negro” incursionó en Hollywood.
Alfonso Cuarón
El primer latinoamericano en ganar el Oscar a Mejor director inició su camino profesional estudiando filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Desertó y se inscribió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, en donde conoció al multipremiado cinefotógrafo Emmanuel Lubezki.
Al igual que Del Toro, Cuarón (y Lubezki) tuvo su primera oportunidad dirigiendo episodios de La hora marcada y de ahí lo siguiente fue brincar de Televisa hacia la realización de su largometraje debut, Solo con tu pareja.
La película -la primera (de seis hasta el momento) colaboración entre Cuarón y Lubezki- fue un éxito con la crítica y en taquilla, y posicionó al cineasta como un talento al que había que prestarle atención.
La segunda película de Cuarón, La princesita, fue su ingreso a las filas del cine hollywoodense.