Entretenimiento
Viva la primavera
Cuando el Sol direccione sus rayos hacia el lugar donde nos encontramos, habremos iniciado un nuevo viaje —un viaje renovador— alrededor de la estrella que gobierna nuestro planeta
En la madrugada de hoy, a las 4:29 horas para ser exactos, la Tierra se dispuso a realizar un nuevo recorrido alrededor del Sol, y de inmediato se colocó a la orilla, es decir a la vera, del punto de partida (prima-vera) localizado en la primera estación del año. Una estación con un Sol más cálido, un Sol que estimula los brotes vegetales, la procreación y la vida: el siempre ansiado Sol de la primavera.
¿Cómo sabemos que la primavera ya está aquí?
Algunos nos enteramos porque ayer llegaron las golondrinas. Desde hace nueve años un par de ellas construyó su nido en el alero que da al patio de la casa. Es un área que podemos ver desde el comedor. Por eso sabemos con precisión el día que llegan. Siempre al mismo nido. Y nunca han fallado. Aún la nieta más pequeña de la familia, sabe lo que significa la llegada de las golondrinas. Significa que llegó la primavera. El día que tiene la misma duración que la noche. Por eso se le llama ‘equinoccio’ que significa ‘igual que la noche’.
Al día que da inicio la primavera se le llama también ‘equinoccio vernal’ o ‘equinoccio primaveral’. Todo lo que es vernal, es primaveral.
Para nosotros esas golondrinas constituyen uno de los relojes que nos ha regalado la Naturaleza para indicarnos el día del equinoccio. Pero no toda la gente tiene la misma suerte. Por ejemplo, usted, ¿cómo sabe el día que comienza la primavera?
Más importante aún, ¿cómo se enteran los que le enteran a usted de que hoy inicia la primavera?
Lo saben porque en esta fecha, como ya se dijo, la duración del día iguala a la de la noche.
El balance perfecto
El inicio de la primavera proclama el balance perfecto entre la zona de luz y sombra que corta la Tierra. Como se sabe, nuestro planeta, aparte de su movimiento de traslación (que origina las estaciones) tiene un movimiento de rotación (que produce el día y la noche).
Cada segundo, en algún lugar de la Tierra está amaneciendo, mientras que en otros lugares está anocheciendo.
La Tierra está constantemente bajo un campo sombreado y otro iluminado, que no siempre son iguales. En invierno el campo sombreado es más grande (la noche es más larga que el día) y en verano ocurre a la inversa. Pero el 20 de marzo el campo sombreado es exactamente igual que el iluminado.
Así, nuestro planeta, volando en la inmensidad del espacio, ‘toca’ momentánemente el punto hipotético en el cual inicia su viaje alrededor del Sol. Y al hacerlo nuestro astro central produce sobre la Tierra dos mitades iguales de luz y sombra.
Este equilibrio terrestre se alcanza hoy 20 de marzo, no el 21 como podrían pensar algunos. Aquellos que asocian el equinoccio primaveral con el 21 de marzo están viviendo en los viejos tiempos, una era ya terminada.
El equinoccio de marzo 21 quedó atrás hace más de dos décadas. Para su conocimiento, el equinoccio de primavera no volverá a anunciarse en marzo 21 durante los próximos 200 años. La primavera iniciará el 19 ó 20 de marzo durante todo lo que resta del siglo 21, y lo que falta de los siglos 21 y 22.
El equinoccio ocurrió el 21 de marzo durante la primera mitad del siglo pasado. Este es un hecho casi desconocido, y ahora la fecha debe moverse debido a nuestro deficiente sistema calendárico, que provoca que los equinoccios retrocedan o se adelanten ligeramente.
Esto obedece a que, para medir el tiempo, contamos con tres parámetros —día, mes y año— que no tienen ninguna relación entre sí. El día se refiere al giro que da la Tierra sobre su eje; el mes se refiere a la traslación de la Luna alrededor de la Tierra, y el año a la circunvalación terrestre alrededor del Sol. (VANGUARDIA)