Salud
¿Qué demonios es el metabolismo y por qué a veces parece que no nos deja adelgazar?
Todos hemos escuchado eso de que unas personas engordan más que otras por culpa de su metabolismo. ¿Pero qué quiere decir eso exactamente? ¿Se debe todo al metabolismo?
¿Quién no le ha echado alguna vez la culpa a su metabolismo por no perder peso? “Yo de joven podía comer lo que quisiera y no engordaba, pero claro, me cambió el metabolismo y ahora me engorda todo”. “Mi vecino come una barbaridad y está como un palillo, debe tener un metabolismo rapidísimo”. Todos hemos escuchado o formulado distintas variantes de estas frases. ¿Pero hacemos bien en culpar al metabolismo de nuestros problemas para ganar o perder peso?
Bien, a grandes rasgos, es más que lógico relacionar el metabolismo con la pérdida de peso. Se define como tal al conjunto de reacciones químicas por las cuales las células consumen y generan energía. Dado que para adelgazar debemos gastar más energía de la que consumimos, está claro que el metabolismo está implicado. Ahora bien, ¿por qué hay personas que engordan más y otras que pueden comer lo que quieran sin engordar?
Imaginemos que se trata de dos personas del mismo sexo, misma edad, mismo porcentaje de grasa e idéntica actividad física. Ninguna tiene enfermedades que influyan en su peso y comen lo mismo, pero una se mantiene igual, mientras que la otra no para de engordar. ¿Le impide su metabolismo perder peso? La clave, como en tantas otras cuestiones que nos diferencian a unos humanos de otros, está en la genética.
Factores que afectan al metabolismo para perder peso
Una persona sedentaria posiblemente perderá peso más despacio que otra que se mantiene activa frecuentemente. La edad también influye. Todos hemos visto que a medida que nos hacemos mayores nos cuesta más perder peso. Aunque no es imposible, por supuesto. Ocurre lo mismo con el sexo, ya que hay diferencias hormonales que influyen mucho en la ganancia o la pérdida de peso. Y, por supuesto, también influye la proporción de músculo y grasa.
Ahora bien, como ya hemos visto, hay personas que coinciden en la inmensa mayoría de estos factores y, aun así, no pierden peso por igual. Durante mucho tiempo se ha comprendido que debía haber causas genéticas. No obstante, no hace tanto que se empezaron a descubrir los primeros genes involucrados.
Las proteínas que te empujan a adelgazar
De todos los genes que se han estudiado en este aspecto, uno de los más interesantes, y posiblemente el último del que se han publicado resultados, es el que codifica la proteína PGC-1α.
Su papel a la hora de perder peso fue descrito el pasado mes de agosto por un equipo de científicos de la Universidad de Kobe, en Japón. Se sabe que esta proteína es un potenciador de la expresión de los mismos genes. Todas las células tienen los mismos genes, pero no todos se usan en todas las células en el mismo momento. Por ejemplo, los genes para la síntesis de insulina están en todas las células, pero solo se usan en las del páncreas. No necesitamos para nada que se usen, por ejemplo, en las células del ojo. Por otro lado, incluso en el páncreas, los genes se van encendiendo o apagando a medida que se necesita o se deja de necesitar insulina. Ese encendido de genes en el lugar correcto y el momento adecuado es lo que se conoce como expresión génica.
Puede ocurrir sin ayuda, pero existen proteínas, llamadas enhancers, que lo potencian. Y eso es justo lo que hace PGC-1α. En su caso, potencia la expresión de genes asociados a la oxidación de grasas y la termogénesis. Esta última promueve que aumente el metabolismo basal y, por lo tanto, se quemen calorías más deprisa.
Y resulta que hay más
Este papel de PGC-1α ya era bien conocido por los científicos. Sin embargo, los autores de este estudio descubrieron que hay otras dos proteínas, PGC-1b y PGC-1c, que tienen la misma función, pero se producen en una cantidad muchísimo mayor en el músculo durante el ejercicio. ¿Cuál es el problema? Que esto no ocurre en todo el mundo.
Al analizar tanto las células de humanos como de ratón, descubrieron que aquellos que solo tenían PGC-1α tenían mucha más dificultad para adelgazar con el mismo ejercicio físico que quienes tienen también las otras dos. Es cierto que su metabolismo actúa de un modo diferente, pero a causa de diferencias genéticas.
Por eso, la próxima vez que le echemos la culpa al metabolismo por no perder peso, quizás deberíamos pensarlo mejor y echar la culpa a los genes. Son los verdaderos responsables de que a veces no perdamos peso tan rápido como nos gustaría.
Con información de Hipertextual.