México
Colectivos iniciaron búsqueda alrededor del Rancho Izaguirre, luego de que les negaron el acceso
Durante el primer día de trabajo los colectivos de buscadoras sacaron ropas quemadas de predios cercanos al rancho Izaguirre
Colectivos de buscadoras comenzaron trabajos de búsqueda en los áridos predios que rodean el rancho Izaguirre, en la Estanzuela, municipio de Teuchitlán, Jalisco, esto luego de que les negaron el acceso al interior, y de que a su vez en las primeras búsquedas por fuera localizaron algunas prendas de vestir, varias de ellas con huellas de la acción del fuego.
Con la varilla de metal que siempre les acompaña y que incrustan en la tierra para ver si hay personas sepultadas, integrantes del grupo Buscando Corazones ahora revisan en los alrededores. No descartan que esa zona también fuera utilizada como panteón clandestino.
“Ya salió el personal a decirnos que el Ministerio Público no está autorizando la entrada de nadie, porque supuestamente ya están trabajando cuando ayer dejaron entrar a medios. Ya nos dijeron que no nos van a dejar entrar porque están procesando”, señaló Ivonne, líder del colectivo Buscando Corazones.
Comentaron que un agente del Ministerio Público Federal fue el que dio la instrucción de que ya solo podrán entrar personal de la Comisión Nacional de Búsqueda y de Ciencias Forenses.
Una de las buscadoras que prefirió reservar su nombre dijo que busca a su hija y por ello acudió al rancho. Ella esperaba que les dieran acceso y les permitieran ver el procesamiento que le daban a la zona, pero no fue así y después de la cita a medios de comunicación y colectivos del jueves a las 12 del día, hoy viernes ya no les permitieron entrar.
Ella junto con sus compañeras montaron un campamento en el camino, colocaron una lona sobre el piso con las fotografías de los desaparecidos que busca ese colectivo denominado Grupo Madres Buscando Sus Corazones Perdidos.
Y fue el mediodía de este viernes, a la primera búsqueda a unos 200 metros del campamento, donde no hay cerco policiaco, qué encontraron entre la tierra una sudadera y un calcetín dañados por la acción del fuego, un huarache, un calcetín y una gorra.
Por la experiencia adquirida, varilla en mano de inmediato comenzaron a buscar en la zona. Clavándola cada dos metros, esperando que tarde que temprano surja el olor característico que les indique donde hay que escarbar.
Ahí, dicen, seguirán, esperando resultados y buscando por fuera si hay más restos óseos de las personas que se asegura fueron exterminadas en ese sitio en el lapso de 10 años.
Con información de El Occidental.