México
México reduce en casi 50% embarazos adolescentes en una década
En 2023, Edomex concentró el mayor número de nacimientos de madres adolescentes en 2023, de acuerdo con datos del Inegi.
En 2023, el país registró la cifra más baja de nacimientos entre adolescentes de 10 a 17 años en al menos una década, con 101 mil 147 casos. La caída es significativa, pues representa una disminución de 47.3 por ciento respecto a los 192 mil 070 nacimientos contabilizados en 2013, cuando esta forma de maternidad temprana alcanzó su punto más alto de los últimos años.
Actualmente las jóvenes mexicanas ya no ven la maternidad como un destino impuesto, sino como una posibilidad remota que puede aplazarse. Hace diez años, 7.75 de cada 100 nacimientos correspondían a madres de entre 10 y 17 años. Hoy esa proporción se ha reducido a 5.55 por ciento, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El fenómeno también se desmarca de la tendencia general. Mientras el número total de nacimientos en el país ha disminuido de 2.47 millones en 2013 a 1.82 millones en 2023 —una caída del 26.5%—, los embarazos adolescentes han retrocedido casi el doble y la caída ha sido sostenida año con año, incluso durante 2020, en medio de la disrupción causada por la pandemia y las restricciones al acceso a servicios de salud sexual.
En 2015, el gobierno federal puso en marcha la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), un esfuerzo transversal con metas concretas: eliminar los nacimientos en niñas menores de 15 años y reducir en 50% la tasa específica de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años antes de 2030.
La estrategia priorizó el acceso efectivo a métodos anticonceptivos, la inclusión de educación sexual integral en los planes escolares, la capacitación de personal docente y médico, y la creación de espacios seguros para adolescentes.
Pero la política pública no actúa sola y también se registró un cambio cultural, pues cada vez más jóvenes rechazan la maternidad temprana como parte de su proyecto de vida. La adolescencia se ha vuelto, para muchas, una etapa de afirmación personal, no de renuncias. Las redes sociales, el acceso a la información, la participación en causas feministas y la conciencia sobre los derechos sexuales y reproductivos han transformado la manera en que las nuevas generaciones enfrentan decisiones sobre su cuerpo.
Sin embargo, el mapa del embarazo adolescente aún revela desigualdades marcadas. El Estado de México concentró el mayor número de nacimientos de madres adolescentes en 2023, con 11 mil 742 casos, seguido por Chiapas con 10 mil 48, Puebla con 6 mil 705, Veracruz con 6 mil 613 y Jalisco con 6 mil 525. Son cifras que en términos absolutos reflejan tanto el tamaño poblacional como las brechas de acceso a educación y salud sexual.
Pero al revisar los datos en términos proporcionales, los estados con mayor incidencia relativa de embarazos adolescentes fueron Oaxaca (7.04%), Michoacán (6.79%), Guerrero (6.72%), Chiapas (6.70%) y Veracruz (6.63%).
En estas entidades, más de 6 de cada 100 nacimientos en 2023 fueron de madres menores de edad. Esta tendencia confirma que las regiones con mayores niveles de marginación siguen siendo las más vulnerables a la maternidad forzada en etapas tempranas.
En el otro extremo, la Ciudad de México presentó la tasa más baja del país, con solo 3.18% de sus nacimientos correspondientes a madres adolescentes. Le siguieron Baja California (4.18%), Baja California Sur (4.26%), Quintana Roo (3.94%) y Nuevo León (3.83%). Estas entidades reflejan entornos donde el acceso a anticonceptivos, educación sexual y servicios de salud es más amplio y consistente.
El avance es innegable, pero no uniforme. Las cifras nacionales muestran progreso, pero la geografía del embarazo adolescente sigue teniendo una carga de desigualdad social, económica y educativa. La tasa promedio nacional de nacimientos en adolescentes en 2023 fue de 5.55%, pero 13 estados se mantuvieron por encima de esa media.
Entre 2013 y 2023, México registró una disminución sostenida en el número total de nacimientos, lo que refleja no solo un descenso en las tasas de fecundidad, sino también una transformación en los patrones reproductivos del país.
En 2013, se contabilizaron 2 millones 478 mil 889 nacimientos, mientras que para 2023 la cifra descendió a un millón 820 mil 888, lo que representa una caída del 26.5% en una década. Esta reducción ha sido constante año con año, salvo por un repunte temporal en 2021, posterior al confinamiento por la pandemia de covid-19.
La tendencia evidencia el efecto de diversos factores como el acceso a métodos anticonceptivos, pues según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2023 del Inegi, el 98.7 por ciento de las mujeres en edad fértil (15 a 49 años) conocen al menos un método anticonceptivo, y el 96.6 por ciento sabe cómo utilizarlo correctamente.
El comportamiento decreciente de los nacimientos en el país no solo se ha visto entre adolescentes, sino en mujeres de todas las edades. El mayor aumento porcentual ocurrió entre 2020 y 2021, cuando los nacimientos aumentaron de 1.6 a 1.9 millones tras el impacto inicial de la pandemia, pero luego retomaron su trayectoria a la baja.
La curva descendente ha sido más pronunciada en estados con mayor urbanización y acceso a servicios de salud reproductiva, donde las mujeres han optado por tener menos hijos o retrasar la maternidad.
Aunque el fenómeno está lejos de ser homogéneo en todo el territorio, los datos de la última década confirman que México atraviesa una transición demográfica acelerada, con implicaciones directas en políticas de salud, educación y desarrollo social.
Con información de Milenio