México

Músicos contra Hoteleros en Mazatlán: Lucha por la subsistencia de clases sociales

Represión para el pueblo y los pobres, y protección para los ricos y los gringos.

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México.- Una vergüenza por demás descarada es lo que está sucediendo en Mazatlán, Sinaloa, donde las autoridades municipales encabezadas por su alcalde pretenden acabar con toda una tradición: prohibir la música de banda, un género que existe desde antes de que hubiera hoteleros en este puerto y que hoy, estos señores, sintiéndose dueños de este destino turístico, se creen con el poder de exigirle al gobierno que cumpla sus caprichos meramente personales y termine con cientos de fuentes de trabajo que dependen de esta actividad.

Lo bueno es que el Gobernador del Estado, Rubén Rocha Moya, ha sido un poco más consciente pronunciándose en contra y proponiendo que se elabore un reglamento para regular los horarios en que las bandas deben laborar en las playas y no puedan causar “tantas molestias” a los gringos que visitan Mazatlán, sobre todo en estos períodos vacacionales, porque a ellos no les gusta la música de banda, prefieren otros géneros más descarados y vulgares que no representan tradición alguna de sus lugares de origen.

Pero para los hoteleros millonarios de este lugar, encabezados por tal Ernesto Coppel, les importa más seguirse enriqueciendo, importándoles poco lo que pase con la gente del pueblo a la que están explotando bajo el pretexto de generar empleos, por cierto, mal pagados.

Si bien es cierto que la actividad turística en Mazatlán representa uno de los pilares de la economía del puerto y un importante generador de fuentes de empleo, y no se puede juzgar a todos los empresarios de este ramo por igual, es justo decir que existen hoteleros y prestadores que están de la idea de regular el horario de tocada de las bandas de música, pero no prohibirlas como unos cuantos radicales y enfermizos millonarios proponen. Ellos deberían llegar a acuerdos con los filarmónicos y llevar la “fiesta en paz”, puesto que en esta vida no hay que decir jamás, que nunca, por más dinero que se tenga, necesitaremos de nadie.

Ojalá que el tal Ernesto Coppel y su pandilla reconsideren su actitud, y que el alcalde sea realmente un gobernante para su pueblo y no un “títere” para esta gente, ya que su propio Gobernador ha sido más político tratando de mediar entre las partes de tal forma que ambas no resulten demasiado perjudicadas.

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