Por lo pronto en Villa de Campo ya no los quieren y se espera que lo mismo suceda en varias zonas más.
Hasta que por fin metieron en cintura a la empresa de transporte masivo denominado Altisa, agrupación cuyo propietario Víctor Sevilla se pavonea como si fuera “el pulpo camionera de Tijuana” pretendiendo que las autoridades municipales en este caso la Dirección de Vialidad le rinda pleitesía, cuando miles de usuarios se quejan del pésimo servicio que proporciona y la falta de respeto que tiene hacia los estudiantes y personas de la tercera edad a las que no les respeta el descuento otorgado por el Ayuntamiento.
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Por si fuera poco todo lo anterior, sus choferes son unos groseros y déspotas con los usuarios de los que viven y alimentan a sus familias, creen que por el solo hecho de que su patrón, Víctor Sevilla goza de la amistad y protección de ciertos funcionarios de la actual administración municipal y estatal ya pueden hacer cuanto les venga en gana, como el hecho de agarrar las calles de la ciudad como pistas de carretas por ganarse el pasaje diariamente poniendo en a decenas de gentes, que incluso en varias ocasiones ya han originado accidentes muy graves.
Presumen de ser una empresa a la vanguardia en materia de transporte urbano masivo en la ciudad, pero es todo lo contrario ya que las quejas así lo comprueban.
Tan solo en el fraccionamiento Villas del Campo las quejas y denuncias en contra de Altisa están a la orden del día donde el servicio es de lo más pésimo y vergonzoso por eso los habitantes de este lugar ha estado exigiendo que otras agrupaciones competencia les proporcionen el servicio. Pero Víctor Sevilla ha ordenado a sus secuaces que por ningún motivo permitan que unidades de otras empresas entren en ese lugar por que dicho asentamiento lo consideran como si fuera de su propiedad y por ello nadie tiene derecho de invadirlos en su “propia casa”, así de intransigentes manejan las cosas, al grado de llegar hasta la violencia como lo hicieron con algunas unidades del SITT
