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Sorprenden las místicas danzas orientales de Mohamed Ghareeb

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Se presentaron en la Plazuela Obregón, dentro del Festival Cultural Sinaloa 2017

Un público numeroso aplaudió a rabiar las interpretaciones de danzas sufíes y tanouras, de Turquía,  traídas por Mohamed Ghareeb y su grupo de danza, en el programa Danzas egipcias, que este domingo por la noche cerró su ciclo de presentaciones en el Festival Cultural Sinaloa 2017, tras presentarse en Guamúchil, Guasave, Mocorito y finalmente en Culiacán.

En la Plazuela Obregón de esta capital, los bailarines que rescatan las tradiciones dancísticas populares de Egipto y Turquía, impresionaron desde el principio a los asistentes; Mohamed Ghareeb, con impresionantes danzas usando pesadas faldas de hasta 30 kilos cada una, giró a ritmo de vértigo mientras saca de entre la pesada prenda, objetos diversos como sombrillas con las que hace figuras fantásticas.

El espectáculo inició con versiones modernas de danzas al estilo de aquella región del mundo, con música grabada en una de las cuales los asistentes reconocieron la pieza Bésame mucho, de Consuelo Velásquez, pero como a la tercera pieza ya retomó el estilo y música tradicional.

Fueron dos danzas giratorias, y en las demás, las tres danzarinas ataviadas con ropajes ligeros, coloridos y sensuales, provocaron aplausos con sus sugestivos movimientos, la riqueza de su expresión corporal, la sensualidad de sus movimientos y lo novedoso de sus pasos de baile, incitando al público a aplaudir al ritmo de las piezas.

Una danza de la espada en que una bailarina hace gala de serenidad y equilibrio, al portar un alfanje sobre la cabeza mientras realiza graciosos movimientos, con cimbreantes movimientos de caderas. Cada pieza fue aplaudida intensamente, con bravos del público.

La última pieza,  con el danzante Mohamed Ghareeb y las tres bailarinas, se llevó la noche por el vigor, la fantasía en las formaciones, el misticismo buscado, el ingenio mostrado en una danza de origen sufí, basada en una ceremonia de la rama Mevlevi de Turquía, a través de un espectáculo donde el intérprete busca entrar a un estado de trance y a un éxtasis místico en cada una de las rutinas que ejecuta, girando sin parar y simbolizando con esto la danza de los planetas.

Con ello tuvieron al público en vilo y al final un largo, larguísimo aplauso y cerradas ovaciones, premió la entrega, la fortaleza y la vistosidad de los artistas, que agradecieron las muestras de cariño.

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