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¿Hacer gestos con la cara realmente provocan arrugas? esto dicen los expertos
Los gestos faciales repetitivos, como sonreír o fruncir el ceño, ¿pueden contribuir a la formación de arrugas? esto dicen los expertos.
Las arrugas en el rostro son uno de los signos más visibles del envejecimiento, y muchos factores influyen en su aparición, como la exposición al sol, la genética y el estilo de vida.
Sin embargo, una creencia común es que los gestos faciales, como fruncir el ceño, sonreír o levantar las cejas, también pueden ser responsables de la aparición de estas líneas en la piel.
¿Qué dicen los expertos sobre esta afirmación?
La piel, en particular la del rostro, está constantemente sujeta a movimientos repetitivos. Cada vez que una persona sonríe, frunce el ceño o levanta las cejas, los músculos subyacentes se contraen, lo que provoca pliegues en la superficie de la piel. Con el tiempo y la pérdida de elasticidad natural de la piel, esos pliegues pueden volverse permanentes, transformándose en arrugas.
¿Es inevitable?
El dermatólogo Dr. José Ramírez, especialista en envejecimiento cutáneo, explica:
“Los gestos faciales repetitivos contribuyen a la formación de líneas de expresión, especialmente en áreas como la frente, el entrecejo y alrededor de los ojos, donde la piel es más fina y los músculos se usan con mayor frecuencia”.
Sin embargo, aclara que estos gestos no son el único factor en la formación de arrugas y que la predisposición genética, la deshidratación de la piel y la exposición a los rayos UV también juegan un papel importante.
Por otro lado, la dermatóloga Dra. Andrea Gutiérrez enfatiza que “si bien evitar gesticular de manera exagerada podría retrasar la aparición de algunas arrugas, no es una solución definitiva”.
Ella recomienda prestar más atención al cuidado general de la piel, como el uso de protector solar, hidratación adecuada y la ingesta de antioxidantes.
¿Qué puedo hacer para evitar las arrugas?
Algunas personas optan por tratamientos estéticos como el uso de toxina botulínica (botox), que paraliza temporalmente los músculos faciales responsables de las arrugas dinámicas. Este procedimiento puede retrasar la formación de líneas profundas al limitar los movimientos repetitivos del rostro.
Sin embargo, los expertos coinciden en que, aunque los gestos faciales contribuyen a la formación de arrugas, no son el único culpable. La mejor estrategia para prevenirlas incluye una combinación de buenos hábitos de cuidado de la piel, protección solar, hidratación y una dieta saludable.